miércoles, 11 de noviembre de 2009

HERMANDAD

(Para mis sister de la vida, desde el defectuoso ;) con cariño)

Empiezo a acostumbrarme a estas gélidas tardes, creo que después de todo, no son tan malas las caricias del viento en mi rostro. Días tristes ó simplemente nublados?


Quién dice que no puedes sonreír en un día gris?
que no puedes abrigarte en tus ideas, que el frío te impide enamorarte?
Para eso está el calor de las palabras amenas.
Quién dice que el cosquilleo en las manos no es más, que el sabernos vivos?
Desde dónde estoy se perciben luces mutantes todo el tiempo, rojas, verdes , amarillas y blancas, pero que más da, si bien sabemos que el color no existe; tan sólo son espejismos decorando la brumosa vida.
Está ciudad se hunde y se contrae todos los días a las 6:00 de la tarde, el río de gente camina apresurada rompiendo caudales.
Tan violenta y tan hermosa, incapaz de juzgarte, pues es tan sabia que ha vivido de todo: se ha acostado en todas las camas, de mujeres solas, de hombres perversos, de niños malcriados y de varios idealistas.
Ha fumado y a bebido hasta el anochecer del día siguiente
y entre copas y canciones ha extrañado a sus amigos.
Esta ciudad ha tomado café un lunes cualquiera, con Frida, Castro y Rivera.
Le ha sido infiel algunas veces, a su bandera.
Infiel pero nunca desleal.
Tiene la costumbre de andar por ahí desnuda y sin prejuicios y me cuenta que ya se acostumbro a los murmulllos de la gente. De esa gente que no hace otra cosa más que quejarse del tráfico y que esta navidad planea comprar su segundo automóvil, porque uno ya no le es suficiente.
Esta ciudad respira hondo cada vez que la miran con desdén y recuerda que en su corazón antiguo, prevalece esa fuerza de príncipes aztecas que jamás habrá de morir.
La Ciudad de México muere todos los día a las 4:05 de la madrugada y renace lúcida, ávida de cariño y esperanza todos los días a las 4:06.
Esta ciudad no va a encadenarte nunca, aunque ellos digan lo contrario, podrás irte en cuanto lo desees y siempre tendrás las puertas abiertas.
Nadie va hablar de ti, ó mejor dicho todos van a hablar, porque aquí todos hablamos de todo con todo el mundo, sin Tabú, sin miedo y sin rencór. La ciudad te enseña a mirar las cosas no con tus ojos, sino como son. Te enseña a cuidarte y admirar la belleza de los días azules . Cuando menos te lo esperas, te sorprende con inmaculadas flores magenta, y me susurra al oído..."Un regalo, para que no se te olvide tu eterna primavera"...

1 comentario:

  1. ¡Sis! ¡Qué bonito! Ya sabes que puedes regresar a Cuernavaca cuando quieras porque siempre tendrás una casa en dónde quedarte :D. A veces me critican porque dicen que debí de haberme ido, que Cuernavaca es un pueblo... me pregunto cuántas personas más le habrán dicho eso a Kant. ¡Así que a ti no te importe!

    Vive la Résistance!

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